lunes, 24 de noviembre de 2008

Yo, Anudado


Estás ahí, te percibo
porque mi mirada
no puede esquivarte,
va hacia tí, como un imán.
Si no fuera que ese barbudo
te dedicó millones de palabras
en el Kapital de tu existencia;
si sólo le hubiera encontrado
la solución a este dilema,
a esta contradicción envolvente
que en el fondo de tus ojos tiernos,
inocentes de niña, intentas buscar,
que intento buscar para no
seguir haciendo lo mismo,
para no sentir esta pena trágica
de la que me siento responsable.
¿Por qué tus ojos no responden,
por qué mi corazón habrá de sentirse trizas
en esta marea de un solo sentido?
Te miro y sólo atino lo que puedo,
te lloro amargamente,
me lloro yo, impotente.

martes, 5 de agosto de 2008

Busca y Encuentra

Sonríe, el mundo está lleno de sonrisas libres que necesitan salir a la luz, necesitan y quieren nacer en cualquier boca, sobre cualquier labio.

Corre, corre de la maldad, no de los hechos malos, sino de esa energía que envenena el alma y que no te deja vivir como quieres. Corre cuanto puedas, sólo puedes vercerle huyendo, gastando esa energía en ti y en nada más.

Llora, llora la alegría y la tristeza, permítitete ser permeable al mundo que te rodea, que sea quien te haga sentir en tu alegría, en tu tristeza, el principio creador de tu naturaleza.

Ríe, contágiate de esa enfermedad, que llene tu mente de elementos vanales al menos por un momento, desconcentrándote de los problemas que te aquejan.

Perdona y olvida, entrégate a no sentirte responsable por los errores de otros. Libérate de la eterna carga de la revancha, ella se presenta sola y rehúye a quien la busca, dominando su mente y atándole a la espera.

Sufre, permítete sufrir lo que sea necesario, no te niegues la curación que deviene del dolor. Tu debilidad será aquello que no puedas afrontar y lo que te persiga eternamente.

Piensa, cada uno de tus actos, cada una de tus palabras valen su peso. Enfrenta tus inconvenientes con inteligencia, resolverlos será la clave para alcanzar la felicidad.

Sé feliz, lucha cada día por ello, cada segundo vale el esfuerzo.

sábado, 7 de junio de 2008

La Bestia


7.6.2008 - 15:15
Bar Vía Venetto – Córdoba Capital
Café Ristretto Con Hambre.
Suena: fútbol en radio AM

Ni bien posó su mirada lo supo, el daño estaba hecho. Ese andamiaje de cosas era inútil en verdad para sus sueños. El daño estaba hecho. Soñó siempre que era feliz en un túmulo de verdades establecidas a fuegos mayores. Lo supo entonces: el fuego seca la sangre y la hace piel muerta. Pero la piel, fina cáscara dorada, escondía en sí la vida del animal, el órgano superior que nunca existía totalmente.

Ese día notó que el café no sabía igual y que todas las cosas eran en sí las mismas y distintas a la vez. Quizá pensó en detener todo (de hecho lo pensó) y se sintió tan claro, tan fuera de sí, tan desconectado. No había lugar en el sentir para todo el pensar, sólo una vaga sensación de dominio que se extendía por principio, al momento pasado.

Supo que el mal estaba hecho, había sido flechado por Apolo sin notarlo; tal vez lo habría soñado pero la flecha, hundida en su carne, vibraba con la violencia de un animal salvaje. Sentía la enfermedad corriendo por todo el cuerpo mientras se entregaba sin opción, al lastimero devenir.

Ese día no fue a trabajar, omitió cumplir con el rol mecánico habitual para sumergirse en su sillón de Estigia con la mirada descolocada al techo, tratando de captar cada cambio aunque se percibiera de manera inalcanzable. Esa omisión, que habría ocurrido sólo unas pocas veces en tiempos lejanos, le había causado gozo: sentía un fluir de libertad (esclavitud) en el que podía nadar, aplacando las heridas del fuego y de la carne, sintiendo alivio a sus pesares.

Observó entonces aquella flecha que inutilizaba el fuego y le envenenaba la sangre. ¿Qué habría de distinto esta vez? ¿Se trataba acaso de un cambio de principios, un cambio de … - ¡Riiing…! – sonaba ese maldito teléfono. Atendió; surgió del otro lado de la línea una voz demandante, he allí la mujer, claro símbolo de liberación que controlaba al reo. Él, impuro, él, sádico, él, holgazán, él, principio poderoso y negativo de toda vida digna y occidental, que atentaba vilmente contra el orden y la moral. Por supuesto, se sentía mal, gran principio de maldad. Y básicamente, no le importaba que ella, principio de pureza, virtud, belleza y dominación, le dijese todo eso. Algo en su entidad-ser le decía sin reparo que el daño estaba hecho; ¿qué podía hacer a esas horas de la mañana? ¿llegar tarde? No hay donde llegar. – Sí, sí, mañana hablaremos – balbuceaba sosteniendo la flecha que punzaba más fuerte.

Ella, principio, génesis de toda gama de sentires, inicio de la vida; de repente se hizo falsedad, principio del dolor. Giró sobre sí y tiró del cable de aquél aparato infernal, perdiéndose la voz en un abismo de silencio y alejando de él el sadismo. Sintió un gozo superior, sonreía sin saberlo mientras un rayo de sol tibio daba de lleno en sus piernas. Percibió el calor subiendo por todo el cuerpo con un aire enrarecido, no el de antes (seguro) si no otro distinto que llenaba de vida el cuerpo lacerado.

Volvió a su posición originaria y cerrando los ojos, se dejó portar por todas aquellas sensaciones a la vez. Era el mar sereno y cálido, una paz a base de gran movimiento que se anulaba a sí mismo. Él y el mar de sentires y pensares se enlazaban en la búsqueda de la pureza que deviniera verdad absoluta, principio y fin, en sí y para sí, conformándolo, poseyéndolo, construyéndolo y demoliéndolo a la vez.

La herida volvía a sangrar con más fuerza; la sal de ese mar calaba profundo y podía sentirla haciéndose con él una misma cosa. No dolía, era ya una cosquilla que iba y venía, una electricidad constante que le agitaba la respiración mientras el mar se teñía de púrpura. Supo que el mal estaba hecho, no había flecha, ni fuego, ni herida, ni mar; ni siquiera él estaba ya allí. Se había ido lejos dejando su cuerpo herido viéndolo a la distancia. No sentía, hubo una plenitud y saturación: ya no estaba en él y no podía regresar. El veneno era efectivo y había logrado su propósito: desangrar a la bestia sedentaria, metódica y rastrera destruyéndola para siempre.

Se vio a lo lejos, tragando miles de mentiras prístinamente elaboradas. Se sintió bien, su mente se aclaró, sus ideas eran plenamente suyas por derecho. Había destruido a la bestia. Mañana… no es importante.

jueves, 22 de mayo de 2008

Un Plano, Todos Juntos.


Me puedo acostumbrar a tu presencia
y mimetizarme con tus cosas.
Puedo esconderme entre tus pliegues
y no dejar que me encuentres.
Si aún permanezco intacto
huiré de tus alabanzas,
me sentiré herido cuando tu mano,
infiel y traidora, venga a tomar mis sienes,
a pasear su dolor colectivo
por las vías de mis sentires.
Quieres encontrarme si bien
esencialmente, muestras indiferencia
a mi, a mi ser, estos blancos huesos.
Quiero encontrar tu herida,
tu punto crítico donde hierves
sin más, al calor del mechero,
del hechicero que te embruje
y te desarme tornillo por tornillo.
Si aún permanezco intacto,
huiré de tus alabanzas,
me sentiré herido cuando tu mano,
fábula y augurio, venga a tomar mis sienes.
Por tiempos te detienes,
buscas alimentos en otros poblados
destrozando cuerpos, tomando almas.
Tu hielo de corazón,
esa fantasía de sentires,
que dices es la verdad,
la única, inconmensurable,
no hace que abandone mi guarida
a ver los trigales amarillentos al viento.
Me mimetizo en tí para que me ignores,
hago de ti un mar de colores sin que lo notes,
estabas muy ocupada mirando espejos,
buscando sonrisas cómplices
y frases inútiles acumuladas en tu resentido pecho.
Hacías de una gota de agua un inmenso océano,
en el que nadie podría salir a flote
ni aún rogándote, suplicándote, temiéndote.
Tal vez tu agua era un inmenso océano
donde tú te ahogabas siempre,
aullando socorros para hundir desprevenidos.
Si aún permanezco intacto,
huiré de tus alabanzas,
me sentiré herido cuando tu mano,
tristeza y fin, venga a tomar mis sienes,
a intentar por siempre, llevarme lejos de aquí.

viernes, 16 de mayo de 2008

Estoy Aquí Adentro...


Me alegro de que nadie
pueda estar aquí arriba.
Sonrío de pensar, de estar aquí
con mis silencios, con mis ideas.
Me alegro y entristezco
porque todo lo que aquí nace
ha de morir aquí, conmigo.

Disfruto porque no pueden llegar,
no pueden alcanzarme.
Tengo mi lugar de descanso,
tengo mis reglas y principios...
Detesto el principio de soledad
pero hoy, veo que es necesario,
entiendo que no es posible
la unión real, el respeto.

Me alegro de que no lleguen,
me llena de gloria mi soledad,
que mi silencio sea, al menos, mío.

viernes, 25 de abril de 2008

Darwin, Me Cago En Vos


En algún momento, a alguien con cierta inteligencia, se le ocurrió decir que los entes vivientes evolucionan con cierta habitualidad. Tal vez funcione con los pajaritos, con las tortuguitas o con los ositos pero con el hombre habría quizás, que invertir la ecuación para que sea correcta.

A través de tu ventana
la calidez se filtraen hebras de luz,
tu felicidad se muestra
impune, incorruptible.
Eres el sueño y el deseo,
un límite inalcanzable
que pocos comprenden.
Pero ¡ay! Cuando te alcanzan
te desapareces, te haces sombra;
cuando te nombran, tu nombre no es,
tu magia desaparece, tu mano se suelta
y dejas solo a tu necesitado.
¿Es que en siglos te has cansado
de atender inútiles solicitudes?
¿Es que siempre se formula mal
el pedido divino de tu servicio?
¿Será, tal vez, que no aprendimos
a aceptar la felicidad?

domingo, 6 de abril de 2008

"Forza e Coraggio Che La Vitta É Un Passaggio"


Y, en la situación más abismal a veces, aparece un cierto amor por la vida (o un miedo a no renovarla).


Conectarse con la vida,
cerrar los ojos y sentir,
llueve el alma,
transporte de sentidos.

Abrir los ojos del pensar,
salir del mirar, ver un mundo,
un cambio infinito e incomprensible.

Enchufar la máquina del ser
al mundo de principios y fines,
de continuidades infinitas,
de contradicciones indescifrables.

Comenzar a leer el tacto,
sentir el cuerpo, la tibieza de la carne,
la arcana consulta existencial
que desea aunarnos y descubrirnos.

Que floten principios de flores y humedades
para percibir, estar lleno de perfumes,
exhalando simplezas de placeres.

Enchufar la máquina del ser
al mundo de principios y fines,
de continuidades infinitas,
de contradicciones indescifrables.

Escuchar el sonido del agua,
el sonido del aire,
de la voz mágica que enseña,
que enamora, que ama.

Liberarse del devenir acelerado
de los autos, de los perseguidos y de los perseguidores,
de los esclavos y los esclavistas.

Enchufar la máquina del ser
al mundo de principios y fines,
de continuidades infinitas,
de contradicciones indescifrables.

Encontrar la mente libre,
crear el pensamiento crítico,
una natural tendencia a la perfección,
a la paz y al bienestar.

Perseguir al espíritu
para contactar con todo,
para conocerse una vez más,
en esta nueva vida ignorada.

Enchufar la máquina del ser
al mundo de principios y fines
para encontrar la felicidad.

sábado, 22 de marzo de 2008

Tratado del Amor I


Ir y venir, parte de la vida. Ignorarlo, no vivir; afrontarlo, un desafío. La Vida, sus cuestiones... un tema más.


Sonríe, tu sombra se va,
librándome una vez más
de toda preocupación;
mi maquinaria se engrasa,
trabaja sin requisitos,
generando ideas de campos
y prados reverdecidos
después del invierno gris.


Tu engaño encendió los verdes,
trasmutó el oro en plomo
con tu sonrisa de hierro
como una pila en corto,
descarga permanente
atando cuellos con alambre.


No dejas de pensar…
¡olvídame, por favor! es mejor,
es un mal sueño que nunca ocurrió,
un trago fuerte que se aferró
en la garganta, pero pasó.


Sonrío, la sombra del querer
me deja una vez más,
es que amor será dar sin recibir,
un agotamiento infinito,
un vino tinto por beber
hasta terminar la botella
y tenderse a dormir.


Hacinados en el sentir mecánico,
en el estándar del patrón infernal
deshaciéndonos de personalidad
callados, inermes de todo,
esperando por el momento indefinido.


Vuelvo a mi prado, a mi río,
a mi sentir infinito, hacia adentro;
encuentro mis rincones como los dejé,
aunque el desorden de papeles
me incomode, es cuestión de tiempo.


Solo en mi diván, soy psicólogo y paciente.


Y el final de la historia es volver a casa, como todos los días, sólo que esta vez casa está más cerca.

jueves, 14 de febrero de 2008

Enterrando el Mito


Cruzan por mi mente
antiguas nubes universales,
se llaman entre sí
como ovejas que caminan
unas tras otras
buscando el alimento vital,
que les devuelva la vida
perdida durante la búsqueda.

Nos preguntamos por gracia
y somos los únicos
porque no hay más natural
que pueda preguntarse,
cuestionarse y rehacerse.
Por gracia, llena de hojarasca
cada rincón del silencio
para descansar del ruido
y sin embargo al terminar
todo vuelve a empezar.

Desde el círculo,
cada paisaje es distinto
cada vuelta es distinta
aunque el sabor amargo
permanezca en taninos
que resecan la boca
sin darle aliento.
No se pide agua
ni se espera que llueva
sólo una vuelta más,
una vuelta más
para sacar esa sortija huidiza
que escatima un viejito sonriente
de sombrero y adornos verdes;
sus ojos parecen decir
que nunca dará la clave,
que nunca revelará el misterio
mientras que sostiene el cuello
con un hilo dental sabor canela,
mientras sangra el cuello,
mientras bebe del vino fresco.

Dejamos disecar en millones,
la vista se nubla, la vida se nubla
creyendo en las palabras
de aquel viejito sonriente
que hoy debemos enterrar
aun, sin lograr bajar.

En ese entonces, lo lograremos. Saludos.

miércoles, 30 de enero de 2008

Y si tus amigos te traicionan, entonces tocales el ojete


Esta publicación va dedicada a todos aquellos depositarios de confianza, de una supuesta creencia en ciertos valores, de un compartir ideas que no fueron más que simples usufructuarios al mejor estilo sistemático y con el fin de la utilidad final. Demás está decir que no debo mencionar a quién o quiénes se debe que haya escrito aquí esto, sólo por una cuestión de mérito.

En verdad no me he sentido bien cada vez que esto sucede, cada vez que se tiene la creencia de que se ha encontrado un lugar común (topos) o lugares comunes (topoi), en donde compartir lo que se piensa no es un crimen sino un deshacer realidades que no son las que uno desea.

Es cierto que negar la realidad siempre ha sido más fácil que aceptarla, lastimar más que querer, odiar más que aceptar. No es un sentido que adopte para mi forma, es mi decisión (la que promete más al final) la de tomar el camino más complejo. Y cuando uno se encuentra con sus pares, quiere disfrutar estos beneficios, expandir su conocimiento, dar lugar a la conexión real que debería ocurrir entre nosotros. Pero, sucede entre nosotros que no se dió esta conexión, que se dijeron cosas fáciles del ser y del sentir, inquietudes que golpeaban la puerta, pero que se les negó la entrada. Así, les dedico este, mi sentir más sincero sobre todo eso: la traición.


A tu última carta
le muestro mis respetos,
porque de mártires
que cocinaron tu cena
no quedan restos.

En tus sueños te crees princesa
del mundo de las verdades;
en tus sueños te crees caballero
de mil y un quimeras vencidas.

Sólo guijarros en la arena
son tu hacer en el mar de susurros,
tu imagen sin sombra siquiera
para proyectarse a ningún sitio.

Adolezco de tus sinceridades,
la señal del silencio
creyendo callar, comunicó
ese irrespetuoso deshacer
de pinturas al óleo
arrojándoles solvente.

Por suerte, mi pintor
no deja que me preocupe,
él quema tus fotos por mí,
él quema tus pinturas por mí.

Suave naturaleza que cura
las heridas de los animales,
te encargas de cuidar
esencias de miel y trigo,
esencias de mil estrellas.

Hora de huir de este prado,
el tiempo trashumante
ha transcurrido suficiente,
es hora de partir,
la noche ha llegado.

Eso sería todo por el momento. A los que se sintieron aludidos les quedan dos opciones (salvo una sola persona de la extensa lista a la que no le queda ninguna opción desde que me devuelva mis cds) A) preguntar y B) dignarse al olvido.

El mundo los espera, saludos.

miércoles, 23 de enero de 2008

Seamos Realistas, Hagamos Lo Imposible


En la lluvia de cenizas
de copos grises que caen,
el fuego consume la pureza…

El suelo que mis pies besan
de gris es su alfombra,
de nubes el cielo sobre mi cabeza,
celeste el futuro incierto.

Deambulo solo este espacio
abandonado al pasado,
que sus creadores dejaron
libre a quien lo encuentre.

La ceniza que en mi mano
se posa, tiene un nombre escrito,
indiferencia y crueldad,
del que es la ceniza.

Copito que frente a mis ojos pasas
habrás sido máquina o persona
civilizado o bárbaro en tu hacer
pero tu sombra vale ahora
como mil sonidos libertarios.

Sólo unos pocos respiran el polvo
de tu inspiración humanitaria,
de vivir, de ser, de amar la vida...

De amores que apasionan
mi tierno corazón, déjame cuidarte,
hermoso copito de humanidad.